- Es triste envejecer solo, yo sigo cumpliendo años y mi mujer hace diez que no cumple ninguno.
- Papá, ¿cuesta mucho casarse?
- Hijo mío, yo todavía lo estoy pagando.
Le dice una amiga a otra:
- Mi marido quiere que demos la vuelta al mundo, pero yo preferiría ir a otro sitio.
- Amor mío, me gustaría que todo volviese a ser como antes.
- ¿Como cuando nos conocimos?
- No, antes, antes...
- Cariño, ¡dime algo con amor!
- ¡Amorfa!
- Paco, ¿te has fijado que el vecino besa todos los días a su mujer cuando se va al trabajo? ¿Por qué no haces tú lo mismo?
- ¿De verdad no te importa que bese a la vecina?
- Mi mujer me ha dado un ultimátum. Me ha dicho que o le presto atención cuando habla, o no sé qué más.
Adán y Eva paseaban por el paraíso. Y Eva pregunta:
- Adán ¿me amas?
- ¿Tengo otra alternativa?
- Cariño, ya no me escuchas cuando te hablo.
- Lo que quieras cariño, una tortilla o lo que te venga bien, tampoco tengo mucha hambre.
- ¿Papá, tú por qué te casaste con mamá?
- Hijo mío, tú también te lo preguntas.
- Cariño, estás preciosa.
- Dime algo que yo no sepa.
- Aparcar.
- El mes pasado contrají matrimonio.
- ¡Contraje!
- Claro, no iba a ir con chándal.
No he conocido la verdadera felicidad hasta que me casé, después ya fue demasiado tarde.
- Paco, llevamos veinte años casados y nunca me has comprado nada.
- Pero María, ¿tú me has dicho que vendías algo?
Si no fuera por el matrimonio, el hombre pasaría su vida pensando que no tiene defectos.
Marido deja a su mujer culturista por una zaragozana... más vale maña que fuerza.
- Cariño, llevamos treinta y dos años casados y nunca hemos estado de acuerdo en nada.
- ¡Treinta y tres!
- Cariño, ¡estás obsesionado con el fútbol y me haces falta!
- ¿Cómo? ¿falta? ¿falta? si ni siquiera te he tocado, cómo puedes decir que te he hecho falta...
- Cariño, dime algo romántico.
- La Catedral de Santiago de Compostela.
- ¡He dicho romántico, no románico!
- No sé si conseguiré enamorar a esa chica...
- ¿Tienes vacas y ovejas?
- Sí.
- Pues ya tienes mucho ganado.
- ¿Qué es lo que más te gusta de mí?
- Tus croquetas.
- ¡Digo del interior!
- ¡Ah! las de jamón.
Una pareja contempla la puesta de sol y la chica le dice al chico:
- Cariño, ¡no sé qué sería el tiempo sin ti!
- Sería «empo» -contesta él.
- Señorita ¿me podría dar su número de teléfono? es que me gustaría llamarla.
- Está en la guía.
- ¿Y su nombre?
- También.
- ¡Paco, la lavadora se ha calcificado!
- ¿Para la final?
- ¿Quieres salir conmigo?
- Mejor sal tú primero.
- Cariño, ¿tú y yo qué somos?
- Pronombres.
- Cariño, ¡no sé qué sería septiembre sin ti!
- Sería «sepembre».
- Cariño, tú no te das cuenta pero... ¡te tengo en el bote!
- ¡Calla y sigue remando!
- Cariño, ¡nunca me escuchas!
- Y yo a tí también.
- Cariño, soy un alma errante.
- ¿Te equivocas mucho?
- Contigo nunca puedo ser profundo.
- Hola cielo, ¿cómo estás?
- Parcialmente nublado con probabilidad de lluvia.
- Mi novia está como ausente.
- ¿Qué novia?
- Veo que tú también lo has notado.