(Las frases autorreferentes anteriores, están aquí)
91.640 | Fea esta estampa se ha puesto entre Ana y su ex amor, no quiero yo al payador ubicar fuera de un tiesto, es que no encuentro el pretexto valedero para que echándose al monte fue dando por tierra el noviazgo. Para mí que esto es un rasgo de no tener mucha fe. No seré yo quien le diga a qué puede dedicarse, pero perder este engarce de Ana, dorada espiga, una destacada amiga, no merecedora de esto obliga a que usted, compuesto y sin novia ahora se quede. Si parece que es adrede hacer lo que no es honesto. Ya creía yo encarrilado este romance distante, para nada rimbombante, que alejado del pecado sólo por ser obligado entenderse a la distancia, infranqueable exorbitancia si miramos en un mapa. Porque a ninguno le escapa que estar cerca es de importancia. Pero lo quiso el destino y también Don Perseguido; «Cortad el amor vivido unido por hilo fino», así ordenó un adivino tras una consulta que hizo; resultó que el «pitoniso» ordenó cortar el plan y obedeció al charlatán, sin siquiera dar preaviso. Y estas páginas pasamos de lo que pudo y no ha sido en que Ana y el perseguido concluyendo en este tramo, eluden aquel reclamo requerido por la plebe, oyendo como si llueve las demandas de un futuro, con un amor lo más puro que terminó siendo breve. |
Roberto (Las Palmas de Gran Canaria, España) octubre 2006 |
93.184 |
Hoy vengo con gran dolor y fastidioso, bastante, aún yo así sigo adelante queriendo ser payador. Con mi oficio de cantor no pretendo incomodar, tampoco quiero alardear, y con una humilde forma siguiendo reglas y normas a Ana voy a contestar. ¡No la entiendo amiga mía! primero quería dinero y a fuerza de ser sincero dije: «un peso no tenía». Yo lo hice sin alegría pues se termina, pensé, así yo lo imaginé y pienso no haberle errado vea usted lo que ha pasado ¡creo no me equivoqué! Después cree que yo huyo y usted se siente enojada, no la entiendo para nada, ¡yo todavía soy suyo! Mas como tengo mi orgullo yo adelante seguiré le juro que triunfaré en mi nueva actividad es casi una realidad y es seguro que lo haré. Si quiero ser productor es para ganar dinero y vivir como un banquero con un chalet de mi flor. Le aseguro por mi honor que cuando haga posición voy a volver al fogón y matrimonio ofrecerle esto puedo prometerle, ya llegará la ocasión. Y además yo le comento que he sido actor y humorista cantante e ilusionista también contador de cuentos. Y ahora ya llegó el momento que yo empiece a producir mi experiencia a transmitir a otros jóvenes artistas este es mi punto de vista, y mi más grande sentir. Todo lo hago por usted, ¡cómo no se percató! en verdad me bajoneó por todo lo que se ve. Pues como yo estoy de pie con todo voy a luchar y hasta mi alma empeñar para llegar a la meta, lo digo en forma concreta, seguro voy a triunfar. Roberto va a disculparme pues poco le he conversado es que me encuentro ocupado tratando de acomodarme. Y ahora quiero saludarle deseándole lo mejor pidiendo como favor que a su familia salude le ruego que usted no dude palabra del payador. Del embarazo, los meses un tres y un uno también y como esto es para bien se arma el número con creces. También, por si les parece, ocho decenas agrego y, por favor, yo les ruego agreguen cuatro sumados, ya me retiro a un costado y les digo hasta más luego. |
«El payador perseguido» (ciudadano del mundo) noviembre, 2006 |
94.560 | Como expresaba Mafalda en una de sus viñetas: «¡que paren este planeta, que me bajo!» y de esmeralda, es el color que respalda la esperanza que tenía con mi amor; que iba y venía soñando en besos y abrazos; mas ya le di carpetazo y a otra cosa, amiga mía. No puedo seguir yo aquí deshojando margarita, el pétalo no se quita si hay con amor frenesí. Es lo que yo pretendí, y me vienen con pretextos: «que si hoy me pasó esto..., que esto pasará mañana...», se me quitaron las ganas... ¡otro ocupará su puesto! Desde las sesenta mil me viene ofreciendo amor, ¿no se apreciaba el rubor que afloraba en mi perfil? Como aferrada a un astil estos versos protegía porque era la vida mía la que ponía yo en juego mas le digo, desde luego, que ésta de usted no se fía. Estamos por arribar a las cien mil ya muy pronto, por lo tanto yo desmonto lo que aquí tuvo lugar, pues su sino pendular a cualquiera lo trastoca y no saldrá de mi boca, se lo digo, perseguido, reproches por lo vivido porque eso ahora no toca. Pero antes de empezar a cumplir con mi promesa le digo con gran presteza que no acabo de encajar cómo pudo conjugar actividades diversas a cada cual más dispersa: de banquero a productor, ilusionista y cantor… ¿ordenado o viceversa? Y ahora que yo lo pienso perdóneme que le insista ¿no fue usted el ilusionista que usando humo de incienso dejó a todos en suspenso cuando ofreció a una ingeniera que a una magia ella viniera y que el truco sería que unos polvos le echaría y en más desapareciera? Considero que un respiro nos debemos mutuamente y también para la gente, a esto hay que darle un giro, por ahora yo me piro a ver si cuadran mis cuentas: nueve y cuatro, prima tienta, con un cinco, suma y sigue, y un seis y cero que ligue, me quedo así más contenta. |
Ana Bol i Zantes, (Girona, España) noviembre, 2006 |
96.973 | Otro hito numeral por aquí ya se aproxima haciendo uso de rima desde el inicio al final, no sé cuál será el total en que termine esta cosa que prescinde de la prosa ya que a alguien se le ocurrió que en décimas ¿por qué no? cundiría esta acción verbosa. Las décimas aquí vistas fueron de varios colores semejante a los humores vertidos por los artistas que fueron dejando pistas de distintas emociones que levantaron pasiones en algún «interviniente» dejándolo aquí patente: penas, risas e ilusiones. Algún verso hubo de negro por alusiones macabras, utilizando palabras como «la suegra y el suegro», de lo cual yo no me alegro pues me pincha como espuela estar con la damisela que uno tiene que aguantar para también comulgar con toda la parentela. La pasión tiñó de rojo amores y desencuentros, y no fue puertas adentro como arreglóse el manojo de problemas, y el sonrojo que produjo a los testigos propició que los amigos, con tanta vergüenza ajena, traten de atenuar las penas de debajo del ombligo. También hubo algo de verde en toda esta retahíla, no se mencionó pilila pues quien lo dice se pierde porque no es justo que enmiende tanto trabajo prolijo aunque siempre hay algún hijo de... su madre que se pasa ¿no hay espejos en tu casa? ¡Fíjate tú quien lo dijo! El rosa estuvo también reflejado en la oración de alguna con vocación de salir «a tutiplén» llevando o no sostén en alguna prensa rara acompañando a los «caras» que por querer ser famosos se convierten en tramposos con historias nada claras. Queda pendiente un color (u otros más, según se vea) que incansable cual marea de las aguas, ¡sí señor! se convirtió en cubridor que opacó quitando brillo a los poemas sencillos que llenaban de esperanza, no es ninguna adivinanza ¡es el color amarillo! Y por ir creando ambiente y que aquí nadie se pierda en lo del hito, ¿se acuerdan?, quiero dejar bien presente que aquí hubo mucha gente que dejó firme su impronta: algún listo, alguna tonta, (yo no quiero señalar) y los nombres voy a dar si nadie me lo desmonta. El origen fue de Paco que con toda su ilusión dejó una proposición (y desde aquí lo destaco) para que en brazos de Baco o sobrio si se prefiere hubiera quienes siguieren y de forma inteligente la frase autorreferente continuaran por doquiere. No faltó quien recogió en este lance su guante y desde un sitio distante su payada comenzó y hubo otros, como yo, que recalamos aquí permitiéndonos así continuar sin abandono. Pionero fue el Lolo Nono, que escribiendo ya no vi. También Ana, el perseguido, y el que suscribe, a su modo, rellenamos entre todos como mejor fue sabido pretendiendo entretenido pasarlo contando, mientras noventa y seis setecientas son estas que ya les dejo y creo que no me alejo con siete y tres en las cuentas. A punto de dejar paso al que le toca la vez, más adelante, después, si no surgiera otro caso contaré que fue un ¡pedazo de actuación! que el Consistorio organizó del Tenorio. ¡Inmenso cual obelisco! Suma doscientas, Francisco, que resulta obligatorio. |
Roberto (Las Palmas de Gran Canaria, España) noviembre 2006 |
98.160 |
Con orgullo, por demás, y bastante emocionado por todo lo que ha pasado desde hace algún tiempo atrás. Yo empiezo ahora no más mis décimas a cantar y les puedo asegurar, palabra del payador, poniendo todo mi amor, de todos les voy a hablar. De las Canarias, Roberto, de este grupo el gran motor además buen payador y un gran amigo, por cierto. Consejero siempre abierto con su crítica cordial lo que hace que uno al final siempre vaya mejorando por eso le estoy mandando de aquí mi abrazo especial. Cantor en quien me reflejo es en «El Nono» (y sus cantos) como el diablo sabe tanto ya que él es un hombre viejo. También me ha dado consejos (creo todos los que pudo) que mejoraron no dudo mis versos bastante presto le digo: «¡gracias maestro!» y le mando mis saludos. De Anita la payadora que hasta aquí llego un día y pienso no conocía los «códigos» a esas horas. Mas «mató mil» la señora que se ha adaptado muy bien, les diría cien por cien, a esta rueda de cantores, desde aquí van mis honores y mis saludos también. Paco que gran tiempo atrás quería llegar a cien mil yo pensé ¿estará senil? ¿o un poco «chapa» quizás?. Ya estamos ahí no más entonces no era tan loco, hizo trabajar su coco no solamente contando sino también mejorando la estética que no es poco. De todos estuve hablando, también de lo que pasó, en verdad me conmovió pero sigo aún cantando. Por eso les voy dejando siempre en afán de crecer, aunque no lo puedan creer, nueve con ocho pegados, con ciento sesenta al lado y les digo: ¡fue un placer! |
«El payador perseguido» (ciudadano del mundo) noviembre, 2006 |
99.393 | Doy inicio aquí al preludio de un histórico momento poniendo en esto el acento ajeno a cualquier repudio pues digno de un serio estudio de una tesis doctoral es indagar si es tal cual como a otra generación se pasa la tradición sea por escrito o verbal. No deseo aquí presumir de conservar el acervo por hacer uso del verbo en este ir y venir pero sí puedo intuir que tampoco fue intención de quien con antelación nos dejó lo que hoy tenemos que ayuda a que cultivemos nuestro espíritu y razón. Y después del gran tostón que casi ni yo lo entiendo con las décimas pretendo sacar como conclusión que te diviertes montón si te unes a esta peña que entretiene y mucho enseña con dialéctica, por cierto, del perseguido y Roberto y el Nono aquí dando leña. Porque no es nada presunto afirmo que es con presteza que Francisco a la cabeza como creador de este asunto revisa comas y puntos, si hay sobrante o si hay carencia y con total diligencia le dice al que corresponde el sitio preciso donde se produjo la falencia. «Como decíamos ayer», parafraseando a León, no fuimos aquí legión quienes con mucho placer les dimos a conocer nuestro ingenio de poetas sin perseguir otras metas que conseguir divertirnos y con las letras reírnos desde la a hasta la zeta. Y entre todos decidimos, cual si fuera un contubernio, que encajaran como un pernio en estas puertas que abrimos las letras que cual racimos a cien mil enfilan rectas siendo la suma perfecta nueve, otro nueve y un tres con nueve y tres otra vez que yo aporto a la colecta. |
Ana Bol i Zantes, (Girona, España) noviembre, 2006 |