(Las frases autorreferentes anteriores, están aquí)
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Salud a la linda gente ya les dice el perseguido que a este fogón ha venido a cantarles nuevamente. Por ello es que prontamente mis versos empiezo a armar coplas y versos rimar sin volverme para atrás por lo dicho ya sin más, señores, va mi cantar. En este nuestro fogón está sobrando locura creo nunca hubo cordura afirmo aquí, en la ocasión. Mas volverá la razón, señores, les aseguro, yo pienso que en un futuro la senda retomaremos y prontito volveremos a contrapuntear, seguro. Cada uno de los cantores hablamos de nuestros temas sin demasiados problemas siendo solo decidores*. Debemos ser payadores mas de la senda nos vamos pues contrapuntos no armamos como lo hicimos otrora ya que solo por ahora en lo nuestro nos centramos. Amigos vuelvo a insistir que esto va perdiendo forma pues payar tiene sus normas lo he aprendido en mi vivir. Por eso quiero pedir que más relatos armemos versos e historias juntemos para algo con forma armar por ello voy a invitar que en esto nos concentremos. Una cuestión he traído bastante descabellada y un poquito complicada que hará esto más divertido. Así al menos lo he creído, lo hice con confianza porque tengo la esperanza (yo lo digo sin dudar) que van a poder sacar esta gran adivinanza. Matemática es la cosa, aunque simple de verdad, yo lo afirmo, en realidad, en forma muy decorosa. Con mi voz esplendorosa hoy les quiero preguntar: ¿será posible quitar al veinte una unidad y en la final cantidad un diecinueve quedar? Hoy fue muy corta mi entrada porque mi tiempo es escaso, no es que yo me vaya al mazo, mis cosas son complicadas. Por eso, como si nada, y ya para terminar, señores, quiero agregar un mil, tres ochenta más y ahora me voy en paz hasta el próximo cantar. |
decidor, ra = Que dice. Trovador (poeta). «El payador perseguido» (ciudadano del mundo) agosto 2007 ![]() |
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Y aquí me tienen estoica aguantando bien el tipo, poco me dura a mí el hipo y zafo de paranoica porque a sustancia benzoica acudo con profusión para huir de la cuestión de la locura aquí expuesta y para más, esta fiesta, seguro que crea adicción. Maldigo mil veces mil el día en que equivoqué al acceder a Internet arribando a este redil y por la ley del fonil* debí continuar la senda que terminó con mi agenda cubierta sin dejar hueco y así muy pronto el chaleco de fuerza tendré por prenda. Masoquista se define al que por no tener dones no sepa decirles nones y deja que le domine su mente, y es de alucine que las autorreferentes convierta en concupiscente de décimas a esta moza que ni padece ni goza por ninguno de los frentes. Pero un día llegará que su cabeza se amueble y de manera indeleble pronunciará aquí y allá, lo mismo da en «catalá» o si quieren español, que nublado o haga sol evitará así un desastre desprendiéndose del lastre que para eso hay bemol. Y siempre ocurre lo mismo que de forma muy artera me dirigen desde fuera el tema del verbalismo, oficiando el caciquismo periclitado y caduco, azuzando con el cuco para seguir la corriente, no ejercemos de indigentes ni de pobres mamelucos. Por lo tanto ya les digo que no pienso continuar verseando en este lugar y ejercer como testigo de que mirarse el ombligo es lo más grande del mundo y las pruebas en que fundo afirmación tan rotunda no permiten que confunda fundo, con funda, ¿redundo? Me parece que ya pierde el efecto la pastilla y tengo tres problemillas, uno: se chupa o se muerde y otro: si es la roja o verde más el otro asunto anejo: el galeno por consejo indica viaje oneroso pues «las pastillas -que ascoso- de las comidas, muy lejos». Y a las cuentas, todo ajena, se dispone a dar por hecho en cumplimiento del trecho que le endosa esta cadena y soltando su melena la que escribe descabalga e inicia lo que aquí salga: un ciento sesenta y cinco uno, uno, dos y al brinco les da reposo a sus nalgas. |
fonil = embudo Ana Bol i Zantes, (Girona, España) agosto 2007 |
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Volvió con fuerza el mocito (de algún modo hay que llamarle) y no quiero incomodarle pero de entrada lo invito a que vea lo que está escrito en páginas precedentes y verá que estuvo ausente el pretender poner orden, no hay motivos que desborden la situación al presente. Un mérito le atribuyo en el arranque de esto aunque de modo interpuesto se merezca algo de orgullo por ser un amigo suyo el que inició la verseada, el Nono, y no fue payada sino ocho versos apenas que no alcanzan la decena de una métrica atildada. Y en décima el que suscribe tuvo a bien seguirle el juego, hubo chispas y hasta fuego, ascensiones y declives, por eso le digo, pibe, que más que un gran contrapunto lo que hicimos todos juntos fue proseguir la aventura que Paco, con su frescura, nos endosó en este asunto. Y la culpa yo no tengo que la payada en esencia alcance su florescencia en contrapunto no luengo y no se me haga el terengo* porque la cosa no cuela confundir con la espinela ni con el todo la parte, por más que sea obra de arte, no admito esa triquiñuela. Pero para hacerle ver que lo mío no es huída me concentro en la torcida adivinanza de ayer y no consigo entender el problema que ha planteado pues si a veinte por un lado se le quita la unidad no encuentro yo otra verdad: diecinueve el resultado. Como no me queda claro de este tema el resultado a la inversa lo he probado, no crea que es un descaro, y aunque parezca muy raro al diecinueve sumé la unidad que antes quité ¿y a que no sabe qué dio? ¡si es que hasta a mí me asombró! dio veinte, ¡fíjese usted! Probé todas las teorías hasta con los logaritmos y se me alteró el biorritmo con la trigonometría porque alguien me sugería para sacarle provecho que ya lo diera por hecho con la tangente o el seno y yo pregunté sereno si el izquierdo o el derecho. Está visto que lo mío no son las adivinanzas, para números no alcanza mi intelecto tan vacío, por de pronto aquí porfío con las cifras de las cuentas: uno, seis y seis se menta para poner de relieve y un siete un cuatro y un nueve que me libran de la afrenta. |
Roberto (Las Palmas de Gran Canaria, España) agosto 2007 ![]() terengo = tonto |
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Aquí llegó el perseguido de nuevo a este fogón y aprovecho la ocasión para saludar amigos. Y ahora sin más les digo que mis versos voy a armar y con mi humilde cantar comienzo por lo primero, señores, les soy sincero, yo me quiero disculpar. La adivinanza en cuestión les aclaro fue un error, rectifico, fue un horror, casi, casi, un papelón. No he perdido la razón, tan sólo me equivoqué, de medio a medio le erré por plantear mal ese enigma que dejó en mi alma un estigma porque lo dije al revés. Si a alguien yo molesté lo siento, les aseguro, y les digo no perjuro pasa que yo me trabé. Con poco me compliqué porque medio bruto soy para mucho yo no doy, suelo andar importunando, por eso voy aclarando ¡que si molesto me voy! Y ahora ya contestando a mi querida amiga Ana le digo vea catalana locura acá está sobrando y creo que está aumentando día tras día un montón falta coherencia y razón yo de esto estoy convencido, cambiando el rumbo, yo digo, Roberto va mi opinión. No reniego de lo escrito sino reniego de ahora pues vea amigo que otrora mucho y bien acá se ha dicho. Por eso es que me permito esta reflexión hacer sólo quiero proponer volver un poquito atrás crear historias y más, es mi humilde parecer. Yo vi y he visto payar a Socodato a Curbelo a Airala (que hoy desde el cielo él nos debe iluminar). Tampoco quiero olvidar al payador oriental Lopez Terra y por igual Marchesini o Marta Saint* grandes cantores que al fin son cosa fenomenal. Les cuento que en un lugar esta historia yo viví, en un club de por ahí donde iban a ir a payar, ahí se empezó a comentar que ya todo estaba armado que nada era improvisado como ellos afirmaban que sólo esta gente actuaba que todo estaba arreglado. Al público que llegaba un papelito entregaron y ahí mismo solicitaron que una cuestión de payada pusieran como si nada para que los payadores luego en rueda de cantores de uno a uno retiraran y con el tema cantaran, tal los improvisadores. Cuando la cosa empezó más que con creces cumplieron, preguntaron, respondieron, el público enmudeció, luego a viva voz coreó: ¡esto se llama payar! no puedo muy bien contar lo que pasó aquella vez, mucho yo me emocioné ¡nunca lo podré olvidar! Quise contar mis amigos lo que entiendo por payada y ahora, como si nada, yo me retiro, les digo. No me voy como he venido algo más yo dejo aquí para que tengan de mí uno, seis, ocho, de un lado, seis, siete y seis al costado y ahora sí, yo me fui. |
«El payador perseguido» (ciudadano del mundo) agosto 2007 ![]() Jorge Socodato, José Curbelo, Roberto Airala (fallecido), Carlos Lopez Terra, Carlos Marchesini y Marta Suint son grandes payadores rioplatenses. |
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No hay caso, no me despego de esta maldita condena. ¡Por favor suelten cadena para alejarme del fuego! Tomar las de Villadiego con relación a esta droga pues si me quedo me ahoga y me mata si me voy, como una regadera estoy, en mi cuello hay una soga. Quizá ha llegado el momento ante tanto desvarío que demuestre su tronío acorde con su estamento y con el emolumento que tiene el moderador, pues para eso, señor, entre todos sufragamos y los cuartos nos dejamos. ¡Ponga orden por favor! Porque si es que el perseguido me menciona de pasada hace alarde de payada nombrando como es debido a payadores que han sido verdaderos paradigmas pero menciona su estigma olvidándose de todo, por lo tanto, de este modo yo le digo: ¿y el enigma? Vale que se equivocó, que metió muy bien la pata, pero sigue y desbarata, eso lo aseguro yo, porque a todos nos dejó con desazón tan horrenda ya que no nos suelta prenda sobre el correcto problema resultando que blasfema sin propósito de enmienda. ¿Sabremos próximamente de qué trataba la cosa? Demasiado trabajosa para el citado dicente que desconoce que el veinte como han puesto de relieve, ya en el haber o en el debe desde mucha antigüedad, que es sumando la unidad al número diecinueve. No me sustraigo del tema que el ciudadano del mundo critica por errabundo a este sitio. Mi apostema: ¿Por qué no prueba un enema que mitigue calentura y aporte algo de cultura en los temas que aquí vierte? Esperando que despierte y aguante esta espoleadura. Lo dicho aquí dicho está y por hoy no me retracto y procediendo ipso facto a las cuentas darles ya: lo que primero aquí va es un uno, un siete y cero, hasta aquí no hay ningún pero, sin esperar un revés el cero, seis y este tres. Hasta muy pronto. ¡Los quiero! |
Ana Bol i Zantes, (Girona, España) agosto 2007 |
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Reconozco al payador y desde aquí lo reitero, payando yo payo fiero pero aspiro a lo mejor, cuando yo llegue a mayor quiero payar con soltura y esquivar con la cintura las embestidas del otro, como el perseguido en potro y alcanzarlo en su estatura. Pero en lo de los enigmas anda fallando el poeta, cuando paró la veleta con que natura designa ¡vaya cosa más indigna, no lo apuntó al perseguido! Y le dejó sin sentido la redacción del problema sin que escape de la quema con que Ana lo ha fundido. Sobre este particular sólo le pido compadre que en un rato que le cuadre, cuando pueda razonar, nos termine de contar de qué iba el acertijo, so pena que en crucifijo quede maltrecho y raído. Desde ya queda advertido ¡desde Las Palmas se dijo! Y aprovecho su desvelo por mencionar payadores, destacados los señores, entre ellos José Curbelo, de este suelo sus abuelos, le apunto ya de rebote, oriundos de Lanzarote resultaron sus ancestros por lo tanto es algo nuestro, con o sin tener bigote. A este oriental con Martita tuve ocasión de escuchar en décimas que sin par cantaron en La Garita y el corazón me palpita recordando esa velada que de forma destacada y de manera rebelde en este barrio de Telde nos brindaron sus payadas. Para más aclaración sobre lo del «oriental» decirles que así tal cual es como se hace mención al que es de la nación hermana del Uruguay y esto es así ¡qué caray! no sea que vengan después pensando que es japonés y se arme aquí un guirigay. Aprovecho y ya le expreso que usted olvida mi gloria al decir que no hay historia y querer darla con queso, yo lo interpreto de avieso el que niegue la embriogenia al no otorgarle la venia a esta cuestión del amor, idilio enloquecedor, que mantengo con la tenia. Y en cuanto a la amiga Ana comentarle la ilusión que me hizo su mención desde la onda catalana de una palabra cercana grabada como a buril cuando menciona el «fonil» pues se tiene este vocablo como parte del retablo oral del canario humil*. Y la sorpresa deviene como elemento indiciario que en el mismo diccionario el término se contiene y «fonil» usan los senes* que de cabeza a los pies canarios son sin revés llamándolo así al embudo y en otro idioma se pudo también decirlo: en inglés. Y no sé si es suficiente lo que por hoy les he dicho no obedece a algún capricho sino que son solamente comentarios para gente que de tiempo tiene un hueco. Ciento setenta y dos trueco para amañar esta cuenta y si le añado cincuenta no me queda ningún fleco. |
Roberto (Las Palmas de Gran Canaria, España) agosto 2007 ![]()
humil = humilde |